Bilbao

                                                           


 La Villa de Bilbao fue fundada en 1300.  Parece ser que los primeros habitantes se asentaron en una colina de la margen izquierda, pero razones de mejora en su defensa ante ataques  y de optimización en su propio  desarrollo, hicieron que Bilbao quedase asentada definitivamente en el actual meandro de la ría del Nervión. 


  En estos siglos tuvo un desarrollo  espectacular gracias a una enorme actividad económica y comercial. En un principio el casco viejo lo conformaban tres calles (Somera, Artekale y Tendería) pero el intenso comercio que se producía entre el Reino de Castilla y los paises del norte de Europa fomentó la prosperidad en la Villa apareciendo otras cuatro calles ( Barrenkale, Barrenkale berria, Belostikale y Carnicería vieja) formando las Siete calles de Bilbao. Después de innumerables luchas y guerras, no fue hasta los siglos IXX y XX  cuando Bilbao consiguió asentar dicho desarrollo extendiéndose hacia San Nicolás y anexionándose las Anteiglesias cercanas. Las claves estuvieron en el importante flujo comercial que se produjo a través de su puerto y, sobre todo, al enorme aumento de la actividad de explotación del hierro que se producía en la margen izquierda. Esto fue acompañado por el desarrollo del ferrocarril, los astilleros, la creación del Banco de Bilbao, el nacimiento de Altos Hornos de Vizcaya y la Bolsa de Bilbao. Supuso la puesta en servicio del aeropuerto, la construcción de importantes infraestructuras viarias y gran cantidad de empresas de muy diversos sectores.

Campo Volantín
  Bilbao se reinventó tras la gran crisis económica de 1990, que derivó en una brutal desindustrialización de toda la Comarca del Gran Bilbao.  De ese proceso, no sin  grandes sacrificios y esfuerzo, surgió una villa moderna, próspera, innovadora y abierta al mundo. Ha conseguido pasar de ser una ciudad triste y gris a ser una ciudad limpia, luminosa y muy agradable de pasear.

Palacio de Diputación Provincial


  A todo esto ayudó de manera decisivo la inauguración, el 18 de octubre de 1997, del museo Guggenheim en una zona muy céntrica y junto a la ría del Nervión.
  La apertura de este museo, unido a la regeneración de los márgenes de la ria y del Casco Viejo, ha llevado a Bilbao a ser  un destino turístico de primer orden a nivel mundial.

Museo Guggenheim











DESCRIPCIÓN DE LA RUTA


   Comenzamos la visita a la Villa comenzando por u  recorrido a su Casco Viejo, originariamente fueron tres calles para posteriormente pasar a Siete Calles, como popularmente se le conoce en la actualidad. Paseo por el Arenal, para dirigirnos a la Iglesia de San Antón que, junto a su puente, forma parte del escudo de la villa.
Plazuela de Santiago, calle Correo y Plaza Nueva nos acercan a la Plaza de Unamuno desde donde ascenderemos al barrio de Begoña.





  En esta zona alta de Bilbao se encuentra la Basílica de Begoña, lugar muy simbólico para los bilbainos, ya que en su interior se encuentra la Virgen de Begoña, nuestra "amatxu".
  De la basílica descenderemos hacia el Ayuntamiento cruzando el Parque de Etxeberria, lugar donde antaño estaba situada una gran empresa siderúrgica. Ya en la Ría de Bilbao nos acercamos al Funicular de Artxanda que nos subirá al monte donde, desde un espectacular mirador, disfrutaremos de unas vistas de Bilbao inigualables.  Una vez de vuelta en la ría cruzaremos el Puente Calatrava para dar un paseo hasta el imponente Museo Guggenheim. Inaugurado el 18 de octubre de 1997, fué diseñado por el arquitecto Frank Gehry. Llama tremendamente la atención sus formas rectilíneas, recubiertas por planchas de titanio, piedra de caliza y cortinas de cristal. Custodiando su entrada veremos a "Puppy", diseñado por Jeff Koons. Es un perrito de 12 metros y 15 toneladas de paso recubierto de miles de flores, que se cambian dos veces al año.


Ria del Nervión

  Nos dirigimos al Ensanche, a través de la popular calle Pozas, para disfrutar de otro rincón curioso de la villa. Se trata de la Alhóndiga, antiguo almacén de vinos reconvertido en un centro multicultural por el arquitecto Philippe Starck. Respetando la antigua fachada, en el interior se han construido tres enormes cubos forrados de ladrillo y suspendidos sobre 43 columnas, todas diferentes y sorprendentes a la vez. 


Ayuntamiento

    Descendemos hacia el Casco Viejo a través de la Gran Vía, auténtica arteria que conecta el Ensanche con las Siete Calles. La Gran Vía es el lugar donde se sitúan las grandes marcas y donde también podremos contemplar algunas de las mas bellas edificaciones de Bilbao.
  Ya en el Casco Viejo tenemos la posibilidad de recuperar fuerzas degustando unos pequeños pero deliciosos "pintxos" que los hosteleros de la zona tienen a bien ofrecernos.


Plaza de Unamuno

  Nuestros visitantes dejan constancia de que Bilbao es una ciudad enormemente atractiva y agradable de conocer. Agradable, limpia y muy fácil de recorrer sin prisas hace que los que vienen estén deseando volver.  Los bilbaínos agradeceremos su visita y estamos deseando volverles a ver.


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